(...) Volvió a suceder, más lento que la vez anterior, solo acariciándose con paciencia y pasión, un despojo de todo; De ropas, de culpas, de cuerpo, solo quedaba el alma... hay un mundo más allá que solo la penetración.
Ambos terminaron.
No dejo que él la tocase... no así, vulnerable, sensible, débil.
Silencio... cigarro.
él respeto sin reproche, mirándola, mirando el techo, mirándola de nuevo.
Por primera vez había sido realmente infiel.
Silencio.
Eso era. ese era el punto culminante de la pasión, del cariño, sin morbo, allí recostados, sin siquiera tocarse, en silencio, sabiéndose juntos, eran uno solo en cuerpos diferentes. Se sentía única, plena y estaba segura que él sentía lo mismo.
Ahora entendía lo que era dejarse querer
Después... un cigarro, silencio.
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Él trato de enseñarle lo que ella ignoraba... y lo logró.
Y todo arde...
Nada más.
Espero que les haya gustado Webitos hijos míos.
Escrita hace algunos años, sacada al estrellato ahora, pero la esencia no cambia.
Su Madre Webo!
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