
¿¡Acaso él no notaba que ya estaba lista para sentir el abrazo final, qué quería dar la tregua a una guerra que ya sin duda había perdido!?
Su mente iba mucho más rápido que las acciones tiernas de él, pero así no es el amor, el amor no tiene prisa, el amor no tiene miedo, no tiene culpa... estaba entendiendo que era dejarse querer.
Sucedió lento.
Por fin logró dejarse llevar, tanto... que lo único que utilizó para sostenerse al suelo fue el brazo de aquel causante de ese viaje; se aprisionó de él para evitar volar, lo abrazaba con tal fuerza, como si fuera un tronco en medio del mar; su única salvación después de que su barco zozobrara.
Aún así ninguno terminó.
"Estas acostumbrada tanto a dar, que ya no recuerdas lo que es recibir"
Esas palabras retumbaron en todos sus sentidos, ¿Cómo podía saber algo tan íntimo de ella? ¿era halago? ¿era reproche?
Era la verdad.
Silencio, televisión, charla, cigarro, Televisión, Charla, cigarro, Silencio...
Nos leemos a la otra - última parte- webitos
Su madre weba!!
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